Desde la fase del formulario de solicitud, los empleadores están atentos a una serie de competencias clave, que pueden organizarse en dos categorías: «Habilidades duras» y «competencias blandas». Probablemente habrán oído hablar de estas dos definiciones antes, pero ¿qué significan realmente?
Las habilidades duras son aquellas que necesita para poder realizar un trabajo en particular. A menudo, varían en función del tipo de función que desempeñará o del sector en el que trabajará. Por lo general, pueden desarrollarse mediante el estudio y la formación. Entre los ejemplos de aptitudes profesionales cabe citar un diploma de contabilidad, la fluidez en un idioma extranjero, el conocimiento de un programa informático determinado o la experiencia en un sector industrial determinado.
Por otra parte, las aptitudes sociales suelen ser autodidactas y autodesarrolladas. A diferencia de las habilidades duras, no son específicas de una industria o un trabajo. Como tal, son cada vez más valiosos para todos los empleadores, independientemente del tipo de industria en la que operen, ya que les ayuda a comprender cómo encajará con su entorno de trabajo y cómo se desempeñará como uno de sus empleados.
Una de las habilidades más importantes que los empleadores buscarán son las habilidades de comunicación. Querrán conocer su capacidad para interactuar con sus compañeros, la claridad con la que se expresa, así como la forma en que escucha y responde a las instrucciones de sus gerentes.
Todas las empresas tienen objetivos que cumplir y metas que alcanzar. Sin una plantilla comprometida, trabajando duro para mejorar constantemente el rendimiento de su empresa, la empresa no tendría éxito. Por lo tanto, los empleadores buscan pruebas claras de que alguien es resistente y profundamente comprometido no solo con su propio desarrollo y éxito, sino también con su papel y el éxito de su empresa.
Otra habilidad suave que los empleadores estarán atentos es lo bien que puede liderar. Durante su entrevista, asegúrese de destacar cualquier cargo de responsabilidad que haya asumido durante su estancia en la universidad. Esto podría incluir ser el presidente de una sociedad, ser capitán de un equipo deportivo o presentarse para dirigir un proyecto de grupo. Todo esto demuestra a un empleador que tiene confianza en sí mismo y la capacidad de dirigir a un grupo de personas con personalidades mixtas hacia un objetivo común.
Es fundamental poder gestionar su tiempo en entornos de trabajo ocupados. Con una serie de tareas por completar, deberá demostrar que puede manejar la presión al tiempo que prioriza y puede asignar su tiempo de manera efectiva a las tareas en cuestión. La puntualidad también será clave, ya que los plazos y las reuniones requerirán que llegue a tiempo. También tendrá que demostrar lo bien que puede adaptarse y lo flexible que es cuando las cosas no salen según lo planeado.
Aunque ambos conjuntos de habilidades son muy diferentes, ambos son igualmente importantes, por lo que deberá asegurarse de destacar tanto en su formulario de solicitud como durante todo el proceso de entrevista. Si bien habrá muchas oportunidades para aprender nuevas habilidades, es importante centrarse continuamente en desarrollar las habilidades sociales que los empleadores buscan de los empleados potenciales cuando contratan para sus programas de posgrado.